En un ambiente natural, el zopilote come principalmente carroña. En áreas pobladas por humanos, pueden hurgar en basureros, pero también comen huevos y material vegetal en descomposición y pueden matar o lesionar a mamíferos recién nacidos o incapacitados. Como otros buitres, juegan un papel importante en el ecosistema al eliminar la carroña que de otra manera sería terreno fértil para enfermedades. El buitre negro localiza su comida ya sea por la vista o siguiendo a buitres del nuevo mundo del género Cathartes hacia los cadáveres. Estos buitres -el aura gallipavo, el aura sabanera, y el aura selvática- buscan alimento a través del olfato, habilidad poco común en el mundo de las aves. Vuelan cerca del suelo para percibir la esencia del etanetiol, un gas producido por el principio de la descomposición en los animales muertos. Su perfeccionada habilidad para detectar olores les permite encontrar la carroña bajo las copas de los árboles en un tupido bosque. El jote real y el buitre negro americano, que no tienen la habilidad de oler la carroña, los siguen hacia los cadáveres. Es agresivo al momento de alimentarse, y puede perseguir al ligeramente mayor aura gallipavo hacia los cadáveres.
El zopilote también se alimenta ocasionalmente de ganado o de ciervos. Es la única especie de buitres del nuevo mundo que cazan este tipo de presas. Ocasionalmente acosan a las vacas que están dando a luz, pero primordialmente atacan a los becerros recién nacidos. En sus primeras semanas, un becerro permite que los buitres se le acerquen. Los buitres pululan alrededor del becerro en grupo, y pican los ojos, la nariz o la lengua del becerro. La víctima entra en shock y es muerto por los buitres.