Historia

División política y administrativa

ERECCION DEL CANTON
Originalmente el actual Cantón Montes de Oro, conocido entonces como Los Quemados, fue un Dis­trito del Cantón Central de Puntarenas, hasta que en 1915, por Decreto No.43 del 16 de julio, se erigió en cantón.
Ese decreto creó el Cantón IV de la Provincia de Puntarenas y los dividió en tres distritos: I, Miramar; II, La Unión; y III, El Tigre, hoy San Isidro.
Anteriormente, las poblaciones citadas existían en calidad de caseríos del Distrito y no fue precisa­mente con el decreto que nacieron. Ya se vivía en ellos una actividad económica importante y, por ejemplo, La Unión era el asiento de las minas de oro, en las cuales se desarrollaba una intensa explotación.
Tanto los límites como la división territorial del Cantón fueron propuestos por la Comisión Especial que constituyeron los vecinos del lugar para gestionar el cantonato.
El Congreso Constitucional, como se llamaba entonces la Asamblea Legislativa, emitió el Decreto de Creación, el 16 de julio de 1915, pero le agregó un artículo transitorio en los siguientes términos: «el nuevo Cantón será inaugurado el lo de enero de 1916”, por lo que hay que establecer la diferencia entre ambas fechas y anotar que la nueva entidad adminis­trativa comenzó a ejercer sus derechos constituciona­les seis meses después de creado. (Arch.Nal. Doc.11152)
En esa forma quedó constituido Montes de Oro, como Cantón IV de la Provincia de Puntarenas, con tres Distritos, división que en la actualidad difiere ya que, como se vio anteriormente, el Decreto No.30 del 12 de julio de 1916, al fijar nuevos límites, estableció que la población de Arancibia pasara a jurisdicción del Cantón Central de Puntarenas.


CAMBIO DE EL TIGRE A SAN ISIDRO

Debe anotarse también que el Distrito Tercero, conocido antes como El Tigre, según Decreto No.9 del 5 de junio de 1918, cambió su nombre por el de Aguilar.
Los móviles y el proceso que se siguió para cambiarle el nombre original son ciertamente muy interesantes.

Los vecinos de ese Distrito, mediante un pliego con firmas encabezado por Aquileo Naranjo, Teófilo Quesada y Blas Ramírez, se dirigieron al Congreso Constitucional con una solicitud en los siguientes términos: «Que sea cambiado el nombre de El Tigre a nuestro Distrito y en su lugar lo bautice con el nombre de San Isidro o por otro de vuestro agrado que tenga alguna significación histórica costarricense. Muy bien comprenderán que el nombre que actualmente lleva nuestro Distrito, sólo significa el nombre de una fiera «el tigre», y que por desgracia al hombre aborrece mortalmente.» (Arch.Nal. Doc.11129, 1918)

Como se deduce de la cita anterior, los habitantes del entonces Distrito El Tigre, no querían un nombre tan grotesco para su pueblo. Además, proponían el nombre de San Isidro y esto se atribuye a su sentir religioso y a su vida agrícola. Proponían el nombre del santo, ya que vivían dedicados a la agricultura y para su entender, nada mejor que el nombre que que honra al patrono de los agricultores.

La ermita de San Isidro, junto al Patrono San Isidro Labrador, centro de oración de los tigreños, quienes se esfuerzan por su conservación y embellecimiento. Esta comunidad, gracias a la activa dedicación de sus pobladores, ha progresado significativamente, hasta convertirse en uno de los distritos más progresistas del cantón.

Sin embargo, no obstante que proponían ese nombre específico, agregaban que podría ser otro que a criterio del Congreso significara algo relevante en la historia patria.
La Cámara de Diputados o Congreso Constitu­cional aceptó la proposición de los tigreños, pero se inclinó por la segunda posibilidad, es decir, por un nombre que tuviera significado histórico nacional. Así, decretó que:
«El Tigre, Distrito del Cantón de Montes de Oro de la Provincia de Puntarenas, seguirá deno­minándose Distrito de Aguilar, en honor a la memoria del coronel don Nicolás Aguilar y Murillo, uno de los soldados más valientes de la Campaña Nacional 1856-1857». (Id)
Pero aquí no concluyó el asunto. Unos años después, los otros tigreños, entonces convertidos en aguilareños, mediante otro pliego respaldado por fir­mas, solicitaron al Congreso que nuevamente se le cambiara el nombre a su Distrito, y ahora proponían específicamente el de San Isidro, sin alternativa.


LA CIUDAD DE MIRAMAR
Es interesante narrar que en julio de 1965, el entonces Presidente de la República, don Francisco J. Orlich visitó Montes de Oro, con ocasión de los festejos para celebrar el medio siglo de cantonato.
En esa oportunidad, el Presidente ofreció públi­camente que efectuaría las gestiones necesarias para conferirle el título de ciudad a la entonces villa de Miramar, como cabecera del cantón.
Como en ese tiempo, las declaraciones de esta naturaleza solamente podía conferirlas la Asamblea Legislativa, bien pronto, el Presidente Orlich envió a ésta el proyecto correspondiente, que fue aprobado el 7 de diciembre del mismo año, y remitido al Ejecutivo que lo sancionó sólo tres días después, para que saliera publicado en el número 290 del Diario Oficial «La Gaceta», correspondiente al 22 de diciembre. De manera que Miramar celebró las Navidades de 1965, estrenando su nuevo título de ciudad.
El correspondiente decreto dice lo siguiente: «No.3615: La Asamblea Legislativa de la Re­pública de Costa Rica, decreta:

«Artículo único.- Otórgase el título de ciudad a la Villa de Miramar, cabecera del cantón de Montes de Oro de la Provincia de Puntarenas.

«Comuníquese al Poder Ejecutivo».
«Dado en el salón de reuniones de la Asamblea Legislativa. San José, a los siete días del mes de diciembre de mil novecientos sesenta y cinco. Rafael París Steffens, Presidente. Rafael Benavides Robles, Primer Secretario. Edwin Muñoz Mo­ra, Segundo Secretario.
«Casa Presidencial. San José, a los diez días del mes de diciembre de mil novecientos sesenta y cinco. Ejecútese y publíquese. Francisco J. Orlich, Presidente. El Ministro de Gobernación y Carteras Anexas, Francisco Urbina».

LA DIVISION ADMINISTRATIVA DE 1980
De conformidad con la última División Admi­nistrativa de la República de Costa Rica (Decreto Ejecutivo No.l2087-G del 26 de marzo de 1972), varios poblados más son señalados en lo que ha hecho que se alteren, por lo menos en cuanto a nombre, otros poblados y los distritos originalmente eregidos. Al comparar ambas decisiones administrativas se ad­vierten fácilmente las diferencias.

La Nueva División Administrativa proporciona el siguiente cuadro, cuyos datos de población han sido ajustados de conformidad con el cálculo de población para 1988, elaborado por la Dirección de Estadística y Censos:


CANTON IV – MONTES DE ORO
(244,76 Km2 8.600 habitantes Región Central)


DISTRITO PRIMERO, MIRAMAR:
125,11 Km2; 4.911 habitantes.
Miramar, ciudad: 10 grados 05 minutos 39 se­ gundos Norte; 84 grad. 43 min. 51 seg. Oeste; 350 m.


Poblados:
Trinidad, Delicias, Zagala Vieja, Lagunilla, Barbudal, Montezuma, Brillante (Norte), Cerro Pan de Azúcar, Zapotal, Ojochal, Alto Pavones, Río Seco, Tajo Alto, Fraijanes, Cabuyal, Zamora, Bella Vista, Bajo Zamora. Laguna, Jabonal.


DISTRITO SEGUNDO, LA UNION:
60,42 Km2, 1452 habitantes.
La Unión, Villa: 10 grados 09 minutos 28 según dos Norte, 84 grados 43 min. 33 seg. Oeste; 620 m.

La vieja casona de la familia Rudín Arias en San Isidro, testigo de la historia del cantón.

Poblados:
San Francisco, Laguna, Velázquez, Zagala Nueva, Micas, Bajo Caliente (Es­
te), San Buenaventura, Palmital, Cedral, Brok, Jamaical, Cuesta Sofoca.


DISTRITO TERCERO, SAN ISI­DRO:
59,23 Km2; 2.237 habitantes.
Tigre, Villa: 10 grad. 03 min. 33 seg. Norte; 84 grad. 43 miñ. 52 seg. Oeste; 150 m.


Poblados:
Esperanza, Mercedes, Isla, Aguilar, Ciruelas, Delicias, Santa Rosa, Santa Ana, Cuatro Cruces(Punta de Plancha) Agua Buena, San Miguelito, Tiocinto.


Fincas:

Cas, Ugalde, Naranjo, Santo Rosa, Córdoba, Mercedes, Guabo.


Hacienda:
Delicias. (Comis.Divis.Territ.)


Distrito Miramar
En este distrito, el cuadrante central con las calles adyacentes es lo que se denomina ciudad, mien­tras que los caseríos lo rodean y algunos como el caso de Zapotal, Jabonal y Cabuyal están a considerable distancia.

San Isidro cuenta con un cómodo salón co­munal construido por la Asociación Pro Mejoras Comunales.

Las Delicias se encuentra al sur y es dividido por la carretera que conduce al entronque con la carretera nacional o Interamericana. Además, marca el límite entre los distritos Miramar y San Isidro
Es interesante señalar que en esta nueva deno­minación oficial, el nombre original de Moctezuma se halla cambiado a Montezuma, siguiendo una normal pronunciación de los pobladores actuales.
La población de Laguna aparece dividida en dos secciones, una ubicada dentro de La Unión y la otra en Miramar. El cerro El Gallo aparece con su nombre original como Cerro Pan de Azúcar.

La perseverancia de los afiliados ha logra­do levantar un nuevo beneficio en la comunidad de Gecjral.

Distrito La Unión
Tiene como centro al barrio denominado tam­bién La Unión. No presenta ningún cuadrante defini­do y en consecuencia las construcciones se levantan a ambos lados de la única calle existente.
Su estructura es muy original ya que en su centro se encuentran las instalaciones de las compañías mi­neras que explotan oro y bordeando a éstas; puede observarse las edificaciones que por satisfacción a sus necesidades han levantado las citadas compañías: bodegas, casas de peones, residencias para los propie­tarios y otras.
Los caseríos se encuentran situados en los cuatro puntos cardinales, la mayoría a una distancia consid­erable del centro del Distrito.
Es notorio que en esta división oficial ya no aparezca el poblado de Ventanas.
Sin embargo, debe señalarse, que en la más reciente División Territorial, la de 1990, reapareció Ventanas en la comprensión de Montes de Oro.


Distrito San Isidro
Su eje principal o sea el barrio El Tigre, concen­tra la mayor cantidad de población. Originalmente carecía de un cuadrante delineado y las construccio­nes estaban ubicadas a ambos lados de la única calle que por entonces existía, pero en la actualidad, dado el progreso experimentado, ya se ha definido un cua­drante, el cual queda circundado por la Calle del Arroyo.
La calle principal sigue siendo la que, partiendo de Cuatro Cruces (al sur de San Isidro), después de haber conectado con la carretera Interamericana, se dirige hacia el norte y atraviesa Miramar y continúa hasta La Unión y algunos de sus caseríos.
La nota característica estriba en que, por tener sólo un cuadrante, su caserío principal es dividido en dos por la carretera mencionada y de paso se pueden observar las edificaciones comerciales; servicios pú­blicos, la plaza de deportes, la escuela, la ermita, es decir, todos sus centros de importancia.
La mayoría de sus poblados están cercanos entre sí, con la excepción de Ciruelas, que por ubicarse al suroeste, en las márgenes de la carretera Interamericana, su acceso requiere un prolongado rodeo, y por ello la distancia se hace mucho más larga.

En este Distrito aparece con el nombre de Cuatro Cruces el antiguo núcleo poblacional de Santa Rosa, y en ello se sigue una costumbre bastante generalizada.
Especial mención merece el hecho que en este Distrito se halla ubicada la población de Agua Buena, llamada así porque en sus territorio se encuentran las fuentes de aguas termales que hace tiempos eran paseo obligado para los oromontanos, que ahora se han descuidado pero que constituyen una de las po­tencialidades turísticas más prometedoras, si se con­sidera que en todas partes, este tipo de fuentes son codiciadas debido a sus poderes medicinales y revitalizadores.
En términos generales, debe señalarse que en el documento oficial de la División Territorial, no apa­recen numerosos nuevos poblados, barrios, fincas y haciendas, que constituyen importantes núcleos de­mográficos y productivos.
En la historia reciente de Montes de Oro, la división en distritos ha sido beneficiosa, pues ha generado un interés comunal permanente por mejorar los respectivos lugares. Existe en cada poblado la idea de trabajar en grupo para aplicar sus fuerzas y así, con una interacción manifiesta, emprenden tareas concre­tas y mucho mayores a las que se pueden alcanzar mediante el esfuerzo individual.
En cada uno de los distrito existen servicios públicos (escuela, agencia de policía, templo religio­so, plaza de deportes) y servicios privados (pulperías, salones de baile, y cantinas), lo cual les proporciona cierto saludable sentido de autonomía y autosuficien­cia.
Debe anotarse que el Distrito San Isidro ha mostrado en los últimos años un ávido deseo de progreso y la clara conciencia de sus habitantes ha contribuido a que se hayan construido además de las tradicionales edificaciones, un salón comunal, un centro de salud y un centro de nutrición.
Con todo y esos aspectos positivos de la división distrital, a pesar de las delimitaciones por distritos, se nota mucha hermandad y deseo de ayudarse, lo que antes no existía, ya que la pugna entre Miramar y San Isidro, principalmente, era cosa muy común.
Los oromontanos más tradicionales inclusive opinan que «ha sido una fortuna la desaparición de las rivalidades sin causa», y que fue gracias al grado de elevada cultura que prevalece en cada uno de los habitantes de esos distritos, que pudo superarse «aquella etapa que sólo malos recuerdos ha dejado».

EL ASPECTO HUMANO

En general, se acepta que la falta de vías de comunicación, que anteriormente padeció el Cantón en grado muy agudo, fue la causa para que se formara un localismo considerablemente acentuado. Un inte­resante estudio dibuja de la siguiente manera el carác­ter del oromontano:
«El carácter de las personas es totalmente distinto del de los individuos del interior del país y del guanacasteco. Aquí el hombre ha cobrado, a base de lucha con el clima y con el trabajo, una modalidad, estado transitorio entre el guanacasteco y el Cartago, que lo hacen más altivo, más franco y más arrojado. Esta característica ha influencia­ do la vida social, política y religiosa; ésta es bus­ cada, no con el fanatismo inconsciente en el que se hunden las debilidades del hombre, sino como algo ocasional, como algo de oportunidad al cual le dan la importancia que tiene en el momento mismo del acto; no son los miramarenses el tipo del beato (ignorantes que hacen de la religión un campo para la intriga y un medio para satisfacer instintos inconfesables), sino cristianos sinceros, en sus ho­gares se respira hacia la Divinidad, hacia la causa de Dios». (Salas)

Las oficinas del Ministerio de Agricultura y Ganadería establecidas en Cedral. El MAG ha desarrollado una buena labor en la zona, prin­cipalmente en lo referente a asistencia técnica.

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