El Canton

Historia del Cantón

La historia nos cuenta, que hace mucho tiempo, la región que hoy se conoce con el nombre de Montes de Oro, fue asiento de una importante ciudad indígena. Esta afirmación es confirmada por la cantidad de huacas o entierros indígenas descubiertos a través del tiempo en toda la región. Cuando el hombre blanco empezó a llegar a estas tierras, el indígena fue remontándose cada vez más y más, hasta abandonar por completo la zona. Gracias a la variedad de climas y suelos, la flora y fauna, se abrieron paso con gran libertad, siendo estas muy ricas y propicias para practicar la cacería. Esto atrajo a miles de cazadores de diferentes partes del país, quienes aprovechando los veranos venían a cazar dantas, venados, y tepezcuintles que abundaban por doquier.


A su paso, encendían fuego para cocinar los alimentos y al abandonar el lugar, los dejaban encendidos a merced del viento, el cual se encargaba de propagar el fuego, devastando grandes cantidades de cañuelas, bambúes, palmeras y chumicos, siendo esto motivo para que a la región se le conociera en el interior del país con el nombre de «Los Quemados».


En 1864 vino a Los Quemados a probar suerte Don José María Solano, hombre esforzado, emprendedor, sencillo y laborioso, amante de la tierra; vino con el deseo de obtener de estas tierras el sustento para su familia y se instaló donde hoy día está el Cementerio Municipal de Miramar.


Con piedras hizo un cercado, en el que encerró el primer ganado traído a Los Quemados. Contagiados por el éxito de Solano, algunos alajuelenses amigos suyos se vinieron a Los Quemados, entre ellos: Celso González, Ramón González, José María Segura, Juan Simón Jiménez, Trinidad Campos, Pedro de los Santos González y Antonio Vega, junto con sus familias y se instalaron donde hoy día se ubica Las Delicias.

Línea Costera del Pacífico – Vista Panorámica al Golfo de Nicoya desde el Pueblo Laguna

Antonio Vega y Trinidad Campos trajeron con mil esfuerzos, semilla de caña de azúcar desde Alajuela y la sembraron en La Unión, después introdujeron el primer trapiche. Con troncos, bejucos y palmas construyeron sus casas, cavaron pozos para obtener el agua y se sustentaron con carne de animales silvestres y productos que la tierra les dio. Muy pronto aprendieron a defenderse de serpientes y animales feroces como el tigre que los acechaban.


Manuel, hijo de don Pedro de los Santos en sus caminatas por el campo, coleccionaba piedras curiosas, las cuales, al ser examinadas por expertos se descubrió que contenían oro. Fue así como nacieron las minas Trinidad, Montezuma y Providencia, siendo explotadas muy pronto por extranjeros. La población crecía debido a la explotación de las minas y en medio del analfabetismo, preocupado por esto, Ramón González, le pagaba a la joven Rufina González para que enseñara las primeras letras a sus hijos e invitaba a los niños de los vecinos para que recibieran las lecciones.


Los mineros venían a comprar a los comisariatos de Los Quemados y sin pagar se iban a tomar guaro elaborado por unas viejecitas que vivían en el sur, «el guaro que era una delicia», expresión que dio origen al caserío Las Delicias. borrachos y sin plata en los bolsillos para pagar a los comisariatos, los mineros regresaban por una callejuela de las afueras para no ser vistos por sus acreedores, por esa razón, aun en nuestros días, a esa calle se le conoce con el nombre de «Los Sinvergüenzas».

Calle de «Los Sinvergüenza»

Una tarde de 1882 estaba en tertulia Don José María Solano y Don Antonio González, inspirados en el bello paisaje del Golfo de Nicoya, tuvieron la idea de cambiar el nombre de Los Quemados por otro más sugestivo y romántico, y finalizaron su conversación en que su nombre fuese Miramar. Con la ayuda del abogado Francisco Amador, suprimen el nombre de Los Quemados por Miramar.


Los habitantes del lugar, católicos por tradición, hacen que venga el Padre Feliciano Torres a bautizar, confesar y casar a quienes lo necesitaran. A falta de local el sacerdote celebró la misa y de mas oficios en Las Delicias, bajo un árbol de cenízaro, derribado recientemente.


Para esa época, la población escolar había aumentado aun más y era necesario crear un distrito escolar, donde los propulsores fueron: Leonardo Jiménez, José Antonio González, Ramón González, Juan Simón Jiménez y Miguel Flores, los cuales lograron el 25 de febrero de 1886 crear el distrito escolar.

Las lecciones comenzaron oficialmente el 15 de julio de 1893.
Construyéndose en el norte de Miramar el edificio escolar, pero todos los años tenía que ser construido nuevamente, por la furia de los vientos de febrero que lo dañaban completamente, hasta que en una ocasión, un minero de apellido Rodríguez, atacó a un gringo funcionario de la mina Montezuma, quien en su defensa mató a Rodríguez, pero el gringo quedó muy mal herido y para curarse viajo a Estados Unidos dejando como fianza la suma de cinco mil colones. En Estados Unidos murió, entonces este dinero paso a ser propiedad de la Junta de Educación, dinero con el cual, construyeron una buena escuela, la cual estuvo situada frente de la plaza de deportes.


En 1905 fueron trazadas las calles y avenidas de Miramar, engalanadas con árboles sembrados a sus lados, para las cuales Don Rafael Odio elaboró el primer plano autorizado 1898 y para 1912 se instaló la primera cañería de agua en Miramar, la cual dio mayor comodidad y bienestar al pueblo y sobre todo más higiene.

Primer Tanque de Agua del Cantón

Antes de esta cañería, había una acequia que pasaba por todo el poblado, proporcionaba el agua para usos caseros, pero era prohibido usarla en el lavado de ropa. Un policía vigilaba para que las amas de casa cumplieran con la disposición, pero ellas burlaban la autoridad, mientras se instalaban con sus bateas y “jabón de chancho” a la orilla de la acequia, un niño vigilaba, si alcanzaba a ver al policía avisaba a su madre, quien se esfumaba con la velocidad de un rayo.


El 17 de julio de 1915, bajo la Presidencia de Alfredo González Flores fue creado el Cantón de Montes de Oro, siendo el cuarto de la provincia de Puntarenas, con su Villa Miramar como cabecera de Cantón y dividido en tres distritos: Miramar, La Unión y San Isidro.


En 1922 se construye Iglesia Católica de Miramar, con el titulo de Ermita y para 1935 se le otorga la Categoría de Parroquia y fue nombrado oficialmente su primer Cura Párroco Feliciano Torres.

Con el paso de los años, Montes de Oro, se ha equipado de una diversidad de servicios, contando actualmente con una variedad comercial, gasolineras, sodas, restaurantes, hospedaje, servicios públicos, salones comunales, escuelas en cada pueblo a lo ancho del territorio y dos colegios, fortaleciendo así la educación básica y disminuyendo al mínimo el analfabetismo que predominaba hace 100 años en nuestro cantón. Las calles y avenidas de los principales pueblos de Montes de Oro han sido cuidadosamente trazadas y asfaltadas casi en su totalidad, cabe destacar, como el logro más importante de los últimos años, la Carretera Palmital–Cedral, la cual amplía la capacidad de desarrollo del Cantón para expandir los poblados del Distrito la Unión, mejorando el comercio en esta zona, la
cual se destaca por la agricultura, ganadería y el Turismo Rural, logrando así brindar acceso a visitantes de otros cantones o países, a disfrutar de las maravillas de Montes de Oro, de sus vistas panorámicas al Golfo de Nicoya y de su gran riqueza natural.

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