El Guanacaste (Enterolobium cyclocarpum) fue declarado árbol nacional por decreto Nº 7 del 31 de agosto de 1959. Se debió a una campaña realizada por el director del desaparecido diario La Tribuna, como un homenaje al gesto de los guanacastecos de anexarse al país.
Tiene corteza gruesa de color gris, áspera, se usa en las tenerías para curtir pieles; además, se machaca, se fermenta y el líquido se usa para lavar la ropa. Tiene hojas grandes, compuestas por numerosas hojas pequeñas, alternas, bipinadas y carecen de pecíolo. La hoja la conserva verde de ocho a nueve meses en el año.
Las flores son pequeñas, en forma de motitas boleadas de estambres muy largos de color blanco amarillento, nacen en pequeños grupos en cortos peciolos, no son vistosos, florecen cuando el árbol ya está cubierto de follaje tierno en los meses de mayo y junio, pertenecen al grupo de flores más productoras del néctar. Los frutos son legumbres casi circulares y asemejan una oreja.
Sus frutos representan una fuente de alimento muy importante para la fauna silvestre en el verano. Es un árbol que necesita mucha agua, luz y sol. Llega a medir quince metros de alto y el diámetro de su tronco puede ser de hasta cuatro metros. Es un árbol caducifolio (es decir, que pierde todas sus hojas durante una época del año). Es considerado un árbol vivaz, por su potencia y larga vida, que es de 60 a 70 años.