Fauna

Cuyeo

EL CUYEO Nyctidromus albicollis, es un ave nocturna, de tamaño mediano, con un plumaje camuflado. Es insectívoro y posee una boca muy grande para atrapar a los insectos, utilizando para ello un vuelo zigzagueado. Es una especie de amplia distribución mundial. El canto es muy particular y en nuestro país parece decir: cuyeo- cuyeo, de ahí el nombre común. Sin embargo en otras latitudes es descrito como si dijera otros vocablos, o se les ha dado otra interpretación.

Es un ave de hábitos crepusculares y nocturnos que se alimenta
principalmente de coleópteros y lepidópteros. Su visión está especialmente adaptada a las condiciones de luz crepuscular y nocturna gracias a la distribución y densidad de conos y bastones, además de la presencia de una estructura reflectante llamada tapetum.

Acostumbra posarse a orillas de los caminos, y cuando se le perturba se levanta, vuela y se posa posteriormente de nuevo sobre el camino, pero mucho más adelante.

Quizás, debido a su apariencia, a su comportamiento y canto, existen en torno a esta ave un sinnúmero de leyendas y creencias, y se dice que algunas inclusive datan de tiempos anteriores a Aristóteles.

Entre las creencias más comunes, está la que se dice que es un ave que pierde a la gente, pues por su comportamiento de levantarse en vuelo, adelantarse o introducirse en la vegetación, la gente le va siguiendo y finalmente se pierde.

También otra leyenda muy común en Europa y algunos países de Sur América, la misma dice que el cuyeo succiona la leche del ganado (vacas- cabras), sobre todo cuando tiene crías, que succiona las mamas cuando están agregadas en un corral (de aquí el nombre común chotacabras usando en muchos países). La explicación biológica asociada con esta leyenda es que durante el proceso de amamantamiento de las crías de ganado (en corrales, establos o bien en los potreros) se desarrollan muchos insectos y el ave aprovecha esta abundancia de alimento volando cerca y entre las mamas del ganado o alrededor de este, con la boca bien abierta para capturar las presas.

Debido a su comportamiento de posarse sobre los caminos, a) se le ha atribuido el rol de guardián de los caminos, de aquí que en Sur América se le ha reconocido como el guardián de los caminos y de aquí el nombre de AGUAITACAMINO (que significa mirar y esperar en lenguaje indígena); b) se le ha atribuido un papel de atajacamino, pues le tapa el camino al transeúnte.

Existe también una leyenda argentina que dice que una vez había un gaucho que acostumbraba atacar y asaltar a los viajeros, el mismo tuvo varios avisos de parte de Dios de que se emendara, pero como no cambió el comportamiento, Dios lo convirtió en un ave y lo condenó a andar por los caminos pero ahora sin hacer daño.

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