Árbol grande y corpulento, corteza de color gris con fisuras verticales. Puede alcanzar hasta 30 metros de altura.
Las flores son muy pequeñas, agrupadas en racimos que expiden un olor penetrante, semejante al ajo y a la cebolla, son cápsulas secas de color café oscuro, que se abren cuando maduran en 5 gajos o valvas como una flor, dejando salir gran cantidad de semillas.. Hay flores masculinas y femeninas, pero ambas están presentes en el mismo árbol. Es importante para la recuperación de áreas naturales, ya que se propaga agresivamente, crece con rapidez en potreros abandonados.
Los brotes tiernos y las hojas sirven de alimento a las iguanas. Las semillas son consumidas por los pericos zapoyoles (Brotegeris jugularis). Es un sitio de nidificación para abejas sin aguijón como Cephalotrigona capitana, scaptotrigona pectoralis y Tetragonisca angustula. Los brotes jóvenes son hospederos de la mariposa taladradora del cedro (Hypsipyla grandella), lo cual induce ramificación y por consiguiente mal fuste, constituyendo un verdadero problema para el cultivo comercial de esta especie y en general, para las meliáceas . La especie es apreciada en proyectos de melicultura y arboricultura y la raíz, corteza y semillas tienen propiedades medicinales .
Árbol representativo de las buenas maderas que encontraron los primeros habitantes de la zona norte de Costa Rica, aunque su distribución alcanza todo el país. Su madera ha sido y continúa siendo muy apreciada. La resistencia de la madera al ataque de termitas, su belleza y facilidad para trabajarla, hacen de esta un recurso muy valioso. La Iglesia de Venecia, en San Carlos, muestra sus paredes interiores totalmente recubiertas de cedro. Excelentes ejemplares de esta especie en la zona, sirvieron para este propósito allá por los años 50.