Historia

Cambio de El Tigre a San Isidro

Debe anotarse también que el Distrito Tercero, conocido antes como El Tigre, según Decreto No.9 del 5 de junio de 1918, cambió su nombre por el de Aguilar.

Los móviles y el proceso que se siguió para cambiarle el nombre original son ciertamente muy interesantes.

Los vecinos de ese Distrito, mediante un pliego con firmas encabezado por Aquileo Naranjo, Teófilo Quesada y Blas Ramírez, se dirigieron al Congreso Constitucional con una solicitud en los siguientes términos:

«Que sea cambiado el nombre de El Tigre a nuestro Distrito y en su lugar lo bauticé con el nombre de San Isidro o por otro de vuestro agrado que tenga alguna significación histórica costarri­cense. Muy bien comprenderán que el nombre que actualmente lleva nuestro Distrito, sólo significa el nombre de una fiera «el tigre», y que por desgra­cia al hombre aborrece mortalmente.»

Como se deduce de la cita anterior, los habitan­tes del entonces Distrito El Tigre, no querían un nombre tan grotesco para su pueblo. Además, proponían el nombre de San Isidro y esto se atribuye a su sentir religioso y a su vida agrícola. Proponían el nombre del santo, ya que vivían dedicados a la agri­cultura y para su entender, nada mejor que el nombre que que honra al patrono de los agricultores.

Sin embargo, no obstante que proponían ese nombre específico, agregaban que podría ser otro que a criterio del Congreso significara algo relevante en la historia patria.

La Cámara de Diputados o Congreso Constitu­cional aceptó la proposición de los tigreños, pero se inclinó por la segunda posibilidad, es decir, por un nombre que tuviera significado histórico nacional. Así, decretó que:

«El Tigre, Distrito del Cantón de Montes de Oro de la Provincia de Puntarenas, seguirá deno­minándose Distrito de Aguilar, en honor a la memoria del coronel don Nicolás Aguilar y Murillo, uno de los soldados más valientes de la Campaña Nacional 1856-1857».

Pero aquí no concluyó el asunto. Unos años después, los otros tigreños, entonces convertidos en aguilareños, mediante otro pliego respaldado por fir­mas, solicitaron al Congreso que nuevamente se le cambiara el nombre a su Distrito, y ahora proponían específicamente el de San Isidro, sin alternativa.

La ermita de San Isidro, junto al Patrono San Isidro Labrador, centro de oración de los tigreños, quienes se esfuerzan por su conser­vación y embellecimiento. Esta comunidad, gracias a la activa dedicación de sus pobladores, ha progresado significativamente, hasta convertirse en uno de los distritos más progresistas del cantón

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