La bocaracá es una serpiente pequeña o mediana que alcanza los 95 cm de longitud, los adultos miden en promedio entre 50 y 70 cm. Las hembras tienden a ser más largas y robustas que los machos. El cuerpo es relativamente delgado y poseen una cabeza chata, claramente distinguible del cuello, con un hocico agudo. Como otros miembros de su género, la bocaracá posee una cola prensil, relativamente corta. La característica diagnóstica más relevante para su identificación es la presencia de proyecciones en forma de cuerno en la escama supraocular (la escama inmediatamente superior al ojo), lo que le confiere un aspecto de pestaña, por lo que se conoce también como «toboba de pestañas». La coloración de fondo es extremadamente variable en esta especie, de verde a gris, café, amarillo, dorado, e incluso rosado y blanco. El patrón de color también varía enormemente y está compuesto por complejos diseños, los cuales permiten identificar individuos distintos basados en su tonalidad. Algunos tipos de bocaracá que poseen coloración amarilla o dorada se conocen popularmente como «serpiente Oropel», y se consideran, de manera equivocada, como una especie distinta. Esto es un error, pues el amarillo es simplemente una de los muchos colores que puede presentar esta especie.
La bocaracá es una variedad arborícola, usualmente activa durante la noche. Posee una distribución amplia, en el Caribe desde el noreste de México al noroeste de Venezuela, y en el Pacífico desde el sureste de Costa Rica hasta Ecuador. En Costa Rica se encuentra desde el nivel del mar hasta los 1 500 m de elevación.