En1905 fueron trazadas las calles y avenidas de Miramar, engalanadas con árboles sembrados a sus lados, para las cuales Don Rafael Odio elaboró el primer plano autorizado 1898 y para 1912 se instaló la primera cañería de agua en Miramar, la cual dio mayor comodidad y bienestar al pueblo y sobre todo más higiene.
Antes de esta cañería, había una acequia que pasaba por todo el poblado, proporcionaba el agua para usos caseros, pero era prohibido usarla en el lavado de ropa. Un policía vigilaba para que las amas de casa cumplieran con la disposición, pero ellas burlaban la autoridad, mientras se instalaban con sus bateas y “jabón de chancho” a la orilla de la acequia, un niño vigilaba, si alcanzaba a ver al policía avisaba a su madre, quien se esfumaba con la velocidad de un rayo.