Historia

Introducción – Montes de Oro la región visitada por el rayo

Datos generales sobre Costa Rica

Situación

Con 51.199 kilómetros cuadrados de territorio, Costa Rica constituye el segundo país más pequeño del Ismo centroamericano, cuenta sin embargo con una amplia diversidad de climas, suelos, ambientes y características de vida natural.

Las mayores alturas del terreno en ningún caso sobrepasan los cuatro mil metros, en la sierra que dividen longitudinalmente el territorio, desde la frontera con Nicaragua, al norte, hasta la frontera con Panamá, al sureste.

Esas sierras, en medio de las cuales se halla ubicado el Valle Central, dividen las vertientes y configuran, en términos generales, las distintas regiones económicas del país.

Hacia la vertiente del Pacífico, en las partes norte y central, al pie de la Sierra Minera, se desarrolló una economía basada en la explotación del oro, la cual ha experimentado altos y bajos, que se han reflejado inmediatamente en la calidad de vida de sus poblaciones.

Montes de Oro abarca una parte considerable de la Sierra Minera y, consecuentemente, su economía en gran parte se ha desenvuelto alrededor de la producción aurífera.

Etapas históricas

La historia de Costa Rica anterior a la ocupación española es poco conocida y se ha convertido en materia de estudio sólo recientemente.  De ahí que sea relativamente escasa la información disponible al respecto.

Sin embargo, por los indicadores y vestigios que han podido rescatarse y se conservan, es claro que las culturas autóctonas que se asentaron y desarrollaron en lo que ahora corresponde al territorio costarricense, alcanzaron un gran desarrollo, inclusive en muchos aspectos, a un nivel similar a los grandes núcleos políticos y sociales organizados alrededor de ciudades incomparables como Tenochtitlán, el Cuzco, Chichen Itzá y Tikal.

A esta consideración contribuye el hecho comprobado de las influencias que ejercieron las culturas mayas, olmeca, nahuat y chibcha, sobre los pueblos asentados en el actual territorio costarricense, lo que seguramente hizo de éste, el laboratorio donde se conjugaron distintos valores, costumbres y acervos culturales.

La región de Montes de Oro quedó directamente relacionada con la influencia de la cultura mesoamericana y mexica, con una población fundamentalmente chorotega, procedente del norte.

Por lo demás, en los primeros contactos de los europeos con los pueblos aborígenes, comprobaron la riqueza del terreno y tan temprano como en 1540 le atribuyeron el nombre de Costa Rica.

«Al parecer las fuentes más importantes de oro estaban en los ríos de la vertiente atlántica, los ríos Sixaola y La Estrella. Es oportuno recordar aquí, que Juan Vázquez de Coronado distribuyó gran cantidad de encomiendas en lugares ubicados en las márgenes del rio La Estrella, con el fin de recolectar y acaparar el oro nacional. Esto abona la tesis que fue esa producción aurífera la que originó el nombre de Costa Rica, según afirman numerosos relatos.

«Otras crónicas refieren que, hasta esas zonas, viniendo del norte, desde México, llegábamos cobradores de Moctezuma para recolectar el precioso metal, y que, en esas andanzas, muchos aztecas con sus costumbres terminaron asentándose por estas tierras». (Cabezas)

La historia oficial de Costa Rica que comienza con el arribo de los españoles, se divide en las etapas tradicionales de «descubrimiento”, conquista, colonia y república.

El primer contacto de los europeos con el suelo costarricense lo  realizó  el mismo  Cristóbal Colón, quien  en  1502  fondeó  por más de dos semanas en  las costas de Caria y exploró algunas tierras aledañas.

La conquista u ocupación, por el contrario, se inició hasta 1522, por el litoral pacífico, con la expedición de Andrés Niño, que fondeó en Caldera; y la expedición de Gil González Dávila, quien recorrió el litoral Pacífico hasta Avancarí, hoy Abangaritos, y se internó en territorio del actual Cantón de Puntarenas.

Dos años después, se estableció Villa Bruselas, el primer asentamiento español en  suelo  costarricense,  ubicado  en  el actual Cantón  de Puntarenas,  a escasos kilómetros de lo que hoy es Montes de Oro.

Juan de Cavallón, procedente de Nicaragua, llegó en 1561 hasta Chomes y avanzó hasta la confluencia de los ríos Jesús María y Machuca, donde fundó el Real de Ceniza, y de ahí ascendió por el rio Tárcoles hasta el Valle Central, de manera que probablemente recorrió territorios del sur de Montes de Oro.

En 1562, el mismo Juan de Cavallón fundó el Puerto de Landecho, en el lugar hoy conocido como Tivives, Cantón de Esparza; en tanto que, en 1569, el recién nombrado gobernador Perafán de Ribera fundó la población de Aranjuez, a dos kilómetros escasos del límite de Montes de Oro. (Chinchilla; p.5)

Durante la época de la colonia, no hay mayores datos sobre la vida de Montes de Oro, aunque ya en los inicios del siglo XVII, se sabe que sus minas auríferas eran explotadas por colonizadores españoles.

La provincia de Puntarenas

Aspectos geofísicos

La ciudad de Puntarenas, capital de la provincia del mismo nombre, es el principal puerto en la vertiente del Pacífico costarricense.

La Ciudad está prácticamente rodeada por el mar y se comunica con el resto del país por buenas vías de transporte, como son la carretera asfaltada transitable durante todo el año, el Ferrocarril Eléctrico al Pacífico y las vías aéreas y marítimas.

El clima es tropical y la temperatura promedio es de 25 grados centígrados.  El régimen de lluvias es intenso de mayo a noviembre.  Los vientos dominantes soplan del sur en invierno y del norte en verano, y alcanzan altos grados de intensidad en varias ocasiones.

El paisaje que presenta la ciudad de Puntarenas es típico y característico, en medio del cual destacan excelentes playas y un mar tranquilo, con islas que constituyen una barrera para contrarrestarlas corrientes del Golfo, lo cual le proporciona mayor variedad y vocación turística.

Aspectos históricos

Se sabe que a principios del siglo XVIII se inició el proceso de formación de la estrecha franja de terreno que ahora alberga a Puntarenas.

En un documento fechado el 13 de febrero de 1720, que relata el arribo del pirata Chipperton al golfo de Ni coya, se narra cómo fue vista una vela de embarcación pequeña «en la Punta de Arena”, siendo ésta la primera vez que aparece mencionada esa expresión que terminó por darle nombre, primero a la península, y después al cantón y la provincia.  (Chinchilla, p.301)

Puntarenas comenzó a ser citada como puerto en 1765, pero fue formalmente habilitada como tal hasta en 1814, producto de gestiones ante la Audiencia de Guatemala, efectuadas por Tomás Acosta, y la petición elevada ante las Cortes de Cádiz por el Diputado por la Provincia, Florencio del Castillo.  Gracias a éstas, Puntarenas fue declarada Puerto Mayor.

El 26 de febrero de 1840, el entonces Presidente Braulio Carrillo habilitó Puntarenas como puerto para el comercio del Estado, y fue declarado puerto franco en 1847, lo que le permitió incrementar notablemente su población e iniciar un sólido proceso de crecimiento, dado que hasta esa fecha aún no constituía un centro de especial importancia.

En realidad, el desarrollo de Puntarenas lo de­terminaron los incipientes servicios de cabotaje en el Golfo de Nicoya y el Pacífico Sur y, muy especialmente, el Plan de Desarrollo propuesto en 1841, por el presidente Carrillo, quien buscaba de esa manera propiciar un aumento de población.

Los puntos más relevantes del mencionado Plan de Desarrollo fueron:

1. Proceder a la construcción de edificios aduanales y la fortificación militar para la seguridad del comercio.

2. Proceder a ubicar los edificios públicos, casas y almacenes en la punta del islote de arena.

3.  Conceder en propiedad la cuadra que se les señalara, o sea un lote cuadrado de 50 varas por lado, a los comerciantes o pobladores que edificaran casas de teja dentro de los dos años siguientes a la publicación del decreto.

Sólo después de haber sido declarada ciudad en 1858, y gracias al decreto que en forma definitiva se le habilitó como puerto en 1864, fue que Puntarenas se consolidó como importante centro urbano, llegando a afianzarse más tarde con la construcción del muelle inaugurado en 1872. (Silva, p.4)

Entre otros aspectos que contribuyeron a esa consolidación, se halla la construcción, durante la administración del Gral. Tomás Guardia, de la carretera que la une con San José.

También fue de mucha importancia, el inicio de la red ferroviaria al Pacífico y la posterior electrificación del ferrocarril, lo mismo que la colocación de faros y boyas y la construcción del muelle, en tiempos de don Ricardo Jiménez.

Estas obras y otras más, definieron a Puntarenas como una de las ciudades más importantes del país y, por lo tanto, el crecimiento de la población alcanzó índices muy elevados.

Sin embargo, el progreso de Puntarenas ha sido un tanto lento, si se considera que, por ejemplo, sólo recientemente, la infraestructura vial ha ido cambiando sus aspectos principales, para superar el nivel de desarrollo que tenía hasta los años cincuenta.

La provincia de Puntarenas presenta uno de los índices más altos de crecimiento demográfico nacional, y dentro de esa proporción, lo que más aumenta es la población rural, caso contrario a lo que sucede en el resto del país.

En 1950, los residentes urbanos representaban en el país y en la provincia, respectivamente, el 32 por cien y el 28 por cien; mientras que, en 1963, cambiaron esos porcentajes al 38 por cien y 22 por cien; o sea que conforme en Costa Rica creció la población urbana en un 6 por cien, en la provincia bajó en ese mismo porcentaje. (Silva, p.9)

Según el Censo de 1973, la población urbana nacional ascendió al 41 por cien, mientras en la provincia se hallaba prácticamente al mismo nivel que diez años antes. Para 1984, los datos indican que a nivel nacional la población urbana subió al 44,5 por cien, y en Puntarenas sólo alcanzó al 23,6 por cien. Es así que, mientras en todo el país, en 34 años, la población urbana creció en un 12,5 en la provincia bajó en casi el 5 por cien. Por lo tanto, parece que en Puntarenas ha venido realizándose un proceso de ruralización, en contraste con la tendencia nacional.

Además, debe tomarse en cuenta que la población urbana solamente del Distrito de Puntarenas representa el 60 por cien del total de ese Sector en toda la Provincia.

El alto incremento urbano del Distrito probablemente se deba al asentamiento de nuevos habitantes, especialmente inmigrantes atraídos por el establecimiento de nuevas industrias, como la fábrica de Fertilizantes de Centro América (FERTICA), las empresas empacadoras de mariscos y varias otras, y por el natural atractivo que ejerce el puerto.

Ubicación de Montes de Oro

En medio de ese contexto provincial se ubica el Cantón de Montes de Oro, entre las coordenadas geográficas dadas por los 10 grados 8 minutos y 12 segundos de latitud norte, y los 84 grados 44 minutos y 7 segundos de longitud oeste.

Su anchura máxima es de 27 kilómetros en dirección noreste a suroeste, desde unos 2.500 metros aguas arriba de la confluencia de las quebradas Colorado y las Vueltas, hasta la unión de los ríos Naranjo y San Miguel. (Chinchilla, p.321)

El cantón ocupa una superficie total de 244,76 kilómetros cuadrados, que dan albergue a una población de 7.444 habitantes, de los cuales, el 27,4 por cien son población urbana y 72,6 por cien, rural. (Censo 1984) Esta población, que para 1988 se calculó en 8.600 habitantes, reveló una ligera tendencia al aumento de la población urbana, originada posible­ mente por los proyectos de desarrollo urbano y mejoramiento de los servicios impulsados por el Gobierno.

Aunque la población actual depende fundamentalmente de la actividad agropecuaria, pendiente de la caña de azúcar, el café, los frutales, los cereales y la ganadería, la totalidad del territorio cantonal constituye una zona de mineralización aurífera con sulfatas de hierro zinc y cobre, en la que aparecen zonas de cizallamiento de oro y plata, (Chinchilla) lo que parece haber sido la nota que ha caracterizado la historia dorada del Cantón.

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