Se sabe que el terreno donde se halla ubicado el cementerio fue donado por don Rafael Vargas, y aunque el primer entierro de que se tiene noticia se registró aproximadamente en 1901, se ha comprobado que mucho antes ese lugar se había comenzado a usar como camposanto.
Así, la tumba más antigua que se ha podido encontrar, con mucha seguridad pertenece a un estadounidense, dado que tiene una leyenda grabada en inglés, y aunque el nombre se desconoce porque esa parte de la lápida fue destruida, el hecho de ser de mármol y los datos legibles que contiene, permiten suponer que se trate de un importante funcionario de la mina La Trinidad.
En la inscripción se podía leer lo siguiente:
«WM. RD… /MCKA…
/AN… UNITED STATES OF AMERICA. /DIED AT MINA LA TRINIDAD /OCT. 31, 1889
/AGED: 45 Y’RS. 8 MOS. & 12 DAYS. / AT REST… / E.»
Acerca de la tumba a la que pertenece la inscripción, se contaba hace un tiempo una leyenda, según la cual dentro del mármol se encontraba un anillo muy valioso, perteneciente a ese ciudadano estadounidense, quien lo había exhibido en la mina La Trinidad durante el tiempo que ahí trabajó. A esa circunstancia se atribuye el hecho que la lápida hubiera sido destruida, con el supuesto objetivo de dar con la joya aludida.
Es conveniente señalar que, aunque oficialmente se señala 1900 como fecha de construcción del cementerio, ese año corresponde a cuando se cerró el lote con pretiles de piedra, pues desde mucho antes se enterraba gente ahí, como lo comprueba la inscripción mencionada